Abrí los ojos, todo estaba muy oscuro, tan oscuro que no se podía distinguir nada. Intenté incorporarme, pero mi cuerpo no me dejaba, tenia un gran peso encima. Lo volví ha intentar otra vez, pero fue en vano. ¿Qué me pasa?- pensé algo asustado. No había ningún sonido a mi alrededor, demasiado tranquilo. Intenté recordar algo, lo que fuera, pero mi mente no me dejaba, era como si hubiera creado una barrera que fuera inquebrantable. Respiré profundamente, pero no produje ningún sonido, nada. Esto tiene que ser una broma... ¿Estaré muerto?- sin poder evitarlo las palabras resonaron en mi cabeza. Imposible ¿Cómo voy ha estar muerto?- una sonrisa apareció en mi cara al pensar en esa estúpida idea, me quería convencer a mi mismo. De repente la escuche, como un susurro. Su voz era tan suave que te tranquilizaba pero a la misma vez te hacía que te llenaras de vida, sin duda tenía que ser ella. Cerré los ojos intentando concentrarme en su voz, pero sin previo aviso su voz se apagó. Abrí de nuevo mis ojos, teniendo las esperanza de que todo fuera un sueño, pero de nuevo me encontré sumergido en la oscuridad. Bueno parece que esteré una temporada con bastante tiempo libre- me sorprendí a mi mismo que pudiera bromear y mantener la calma en esta situación. No sabía cuanto tiempo me había quedado dormido, me era muy difícil saber cuanto tiempo había pasado. Tenía miedo de abrir de nuevo los ojos y encontrarme con esa fría e inmensa oscuridad. Respiré para tranquilizarme, y abrí poco a poco los ojos, teniendo la esperanza de despertarme en mi habitación junto a Hela. Me encontré con una habitación muy iluminada, tanto que me hacía daño en los ojos. Mis músculos y mi respiración se relajaron. Miré como pude alrededor de la habitación, la cual no me era nada familiar. Había una gran ventana, en la que se podía ver grandes edificios y pájaros revoloteando cerca de un árbol. Las paredes eran de color melocotón claro, lo que me producía una sensación de tranquilidad. Cerca de un pequeño armario había una mesa con un jarrón de flores encima. Parece que todo al final si ha sido un sueño... Espero para la próxima soñar con algo menos aterrador y agobiante- Pensé mientras miraba por la ventana. Miré hacia mis brazos y encontré un sin fin de cables puestos en todo mi cuerpo y conectados a varios monitores y aparatos. No se si fue por el pánico o por el agobio pero me incorporé y empece a quitarme uno por uno de esos cables, haciendo que los aparatos emitieran un sonido bastante molesto. Me senté y puse primero uno de los pies, agarrando me a las sábanas para no perder el equilibrio, después el otro. Noté como el frío del suelo recorría las plantas de mis pies . Me solté de las sábanas y di un paso bastante firme, o al menos eso fue lo que pensé. Me caí en redondo al suelo, sin poder evitar darme un golpe en la espalda y cabeza. Me quedé tumbado en el suelo, sin hacer nada, sintiendo ahora el frió por todo mi cuerpo. La puerta se abrió de par en par y vi a una mujer con un uniforme de color azul entrando en la habitación y poniendo se al lado de la cama. Me sorprendió que no se hubiera percatado que yo estaba allí a su lado, tirado en el suelo. El sonido aún no había cesado, dando me aún más dolor de cabeza. Me incorporé y me quedé mirando fijamente lo que hacía esa mujer con los cables. Parece que ha sido una falsa alarma- su voz sonaba algo cansada. El molesto ruido dejó de sonar, lo que me hizo poder de nuevo escuchar mis pensamientos. Perdona podrías ayudarme, es que hoy me he levantado un tanto patoso- le dije mientras me incorporaba. La mujer miro donde yo estaba y giró la cabeza para contemplar la ventana. Esto... Perdona el suelo está algo frío así que...- la mujer seguía mirando la ventana. Espera a lo mejor es sorda ¿Pero entonce, qué hago?- pensé mientras mi cuerpo empezaba a tiritar. ¡Hola, podrías ayudar me estoy aquí, en el suelo, al lado de la cama!- ya no podía chillar más. La mujer se giro de nuevo y miró hacia la cama. Pobrecillo con lo joven que es- su cara reflejaba tristeza. La mujer comenzó ha andar y la seguí con la mirada esperando que se acercara para ayudarme. Me quedé perplejo al ver la salir de la habitación, dejando me allí tirado en el suelo. No, deja lo que seguro que yo puedo solo, pedía ayuda por molestar, nada más- dije hablando le al aire. Me agarre a la cama como puede y me puse de rodillas. Estire el brazo encima de la cama, haciendo me rozar con algo cálido. Levanté poco a poco la cabeza esperando que el mareo no me hiciera caer me de nuevo. Lo que vi en ese momento no lo olvidaré jamás. Mi cuerpo empezó a temblar del miedo, y en mi cabeza sonaba una y otra vez la frase “No puede ser”. Era tan irreal, esto solo se podía ver en películas o leer en libros, pero nunca podría pasar en la vida real. Como era posible que yo, el que estaba allí, en el suelo, estuviera a la misma vez tumbado en la cama con los mismos cables que hacía solo unos minutos me había quitado. Parece que la pesadilla aún no ha acabado- Dije mientras cerraba mis ojos.
La gente suele decir eso de "anda que vas a escribir tú" "¿Quién te leerá?". La verdad es que habrá gente mejor que yo, eso no lo niego pero por que no hacer una locura, por que no convertir mi fantasía en algo real, y es por eso que puedo ser una más o ser esa más que triunfa...
viernes, 21 de febrero de 2014
viernes, 14 de febrero de 2014
Sin Sentido---> Capítulo 1
Como era posible, como podía tener llamadas perdidas de él. Vale, calmate, esto tiene que tener una explicación razonable. Puede ser una broma de mal gusto o puede que aún no hayan cortado la línea de teléfono.
Saqué
el móvil para mirar la hora, aún me quedaba tiempo para vestirme e
ir a la floristería. Tome el poco café que quedaba en mi taza y me
fui a mi cuarto para vestirme. Me quedé frente al armario sin saber
que ponerme, pensando que le podría gustar a Alex, pero iba a ser en
vano porque no sería capa de darse cuenta de nada. Cogí unos
vaqueros desgastados que me sentaban bastante bien con la silueta
delgada que tenia y una camisa de color verde agua que acentuaba mi
pelo oscuro y mis ojos verdes. Volví a sacar el móvil para ver de
nuevo la hora, habían pasado 10 minutos. Fui al cuarto de baño para
peinarme, mis pelos estaban bastante rizados como de costumbre y me
era muy difícil peinarlos. Abrí el primer cajón y cogí el peine
de color lila. Me moje un poco el pelo y empece a peinarme, cogiendo
me una cola alta que hacia que mis rizos cayeran en forma de cascada.
Cogí mis zapatos más cómodos que tenía y me los puse.
Baje
corriendo escalera abajo, teniendo cuidado de no tropezarme y caerme.
Cogí mi abrigo y bufanda de colores, abrí la puerta y salí a la
calle. Corrí a la parada del autobús esperando a que el siguiente
autobús no tardara mucho. Miré el horario y faltaba unos 7 minutos
para el siguiente, así que me senté al lado de una señora ha
esperar. Mis llaves del coche aún colgaban en el llavero, pero desde
que Alex y yo tuvimos el accidente no soy capaz de coger el coche. El
autobús estaba a unos metros de mí, así que me levante para
estirar en mientras las piernas. Mientras me levantaba la señora de
al lado me cogió del abrigo y me dijo algo que no fui capaz de
escuchar. La señora se levanto y se fue al lado contrario al que
venia el autobús, desapareciendo en una de las calles. Me extrañe
bastante ya que no creía conocer a esa señora y no me resultaba
nada familiar.
El
autobús paro en frente mía y la gente comenzó a entrar uno por
uno. Me monte y busqué el dinero entre los bolsillos traseros del
vaquero. Le di el dinero al conductor, cogí el ticket y me fui al
fondo del autobús donde aún había sitio para sentarse. Me senté
al lado de una de las ventana que estaba vaciás para no aburrirme
demasiado. La mayor parte de los pasajeros eran personas mayores o
madres con sus hijos que jugaban en sus sitios o correteaban por el
pasillo. Mire por la ventana y el día estaba bastante nublado, tarde
o temprano llovería. Debería de haber cogido el paraguas- pensé
mientras miraba como las nubes se agolpaban en el cielo. Ya estaba
cerca de la floristería así que le dí al botón para avisar al
conductor que en la siguiente parada debía pararse. Cogí mi bufanda
y me levante teniendo cuidado de no tropezar con nadie. Me pare en
frente de la puerta esperando a que se parara y abriera la puerta.
Bajé los escalones y comencé ha andar hacia la floristería que
estaba a una sola calle de la parada. Había bastante gente en la
calle, lo que no era costumbre por esta zona, ya que la gente de por
aquí son mayores o personas que están ocupadas trabajando.
Al
girar en una de las esquinas me tropecé con una niña pequeña, lo
que me hizo echar me para atrás y a ella caer en el suelo. Al mirar
hacia el suelo pude ver que la pequeña se había lastimado en la
rodilla. Le tendí la mano para que le fuera más fácil levantarse,
sin tener que forzar tanto la rodilla. La niña se quedo mirándome
con esos grandes ojos marrones, como intentando decirme algo. Cogió
mi mano, se puso de pie y sin previo aviso comenzó a llorar
desmesuradamente. Me cogió por sorpresa, así que por un momento no
supe que hacer, pero en cuanto me compuse me puse en cuclillas para
estar a la misma altura y la rodee con mis brazos, esperando que eso
la calmara. La niña dejó de llorar y de nuevo me miro con esos
hermosos ojos. El cabello de la niña ere castaño claro y tenía una
gran sonrisa.¿Qué te pasa pequeña, te has perdido?- le pregunte
mientras me incorporaba. Sí, no se donde está mi mamá- me dijo con
lágrimas de nuevo en sus ojos. Mire alrededor para ver si alguien
estaba buscando a la niña, pero fue en vano. Bueno pequeña,¿Cómo
te llamas?- le dije con una gran sonrisa. Al principio me miró
insegura, sin saber si decirme o no su nombre. Ade... me llamo
Adelalila- dijo devolviéndome la sonrisa. La cogí de la mano y le
pregunte que a donde había estado la última vez antes de perderse.
Estaba en ese sitio, el que tiene tantas flores...- no lo dijo con
mucha seguridad, así que pensé que a lo mejor estaba en un sitio
con muchas flores, como la floristería. La cogí en brazos para que
no empeorara la rodilla y seguí andando calle abajo. Al terminar esa
calle nos encontrábamos en el parque Tulipán y la niña empezó a
señalar hacia una de las tiendas que había en los alrededores. La
solté en el suelo, mis brazos estaban ya cansados, y le pregunte en
que tienda era donde había estado con su madre. En la de chuches, en
la tienda de chuches- esta vez lo dijo con rotunda convicción. La
senté uno de los bancos y de nuevo mire a mi alrededor, y en ese
momento vi a una mujer preguntando alterada a la gente que había por
el parque. Esa tiene que ser la madre- pensé. La mujer nos vio y
vino corriendo con lágrimas en los ojos. Mi niña, que susto me he
llevado...- dijo sin aliento.
La
niña comenzó de nuevo a llorar y a abrazar con sus diminutos brazos
a su querida madre. Muchas gracias, nunca podré agradecértelo- su
voz ronca sonó como un susurro. No ha sido nada... cualquiera
hubiera hecho lo mismo- no sabía por que pero sus palabras me
hicieron sonrojar. Me despedí con un abrazo de la pequeña Adelaila
y de su madre, dejándolas tras mi espalda. Cogí por una de las
calles principales para tardar menos. Mientras caminaba pensé sobre
mi infancia, pero no era capaz de recordar muchas cosas que eran
importante. Desde bastante tiempo tengo grandes lagunas en mi
memoria, que según los médicos es debido al accidente. En menos de
8 minutos ya estaba en la puerta de la floristería. Entré y saludé
a la dependienta como de costumbre. Hola Hela, ¿Cojo las flores de
siempre?- era habitual en ella anticiparse.
Hoy
quiero flores diferentes, tiene que estar harto de las mismas flores-
mi voz no sonó con demasiado ánimo. No creo que se canse de las
mismas flores, al fin y al cabo se las regalas tú- siempre sabía
como animarme. Quiero crisantemos rojos y espino blanco- dije con una
sonrisa. La dependienta fue a la parte de atrás de la tienda y
cuando salio tenia entre sus manos el ramo de flores. Pensaba que
sería una combinación extraña pero al mirarlo de cerca me dí
cuenta que era perfecto. Salí de la floristería y miré de nuevo el
reloj, iba un poco justa pero si me daba prisa andando llegaría a la
primera hora de la visita. Cogí de nuevo otro autobús y en unos 15
minutos ya estaba en el hospital. Me puse frente al ascensor
esperando con ansias que bajara, subí y le dí a la cuarta planta.
Mire número por número para estar segura de que no me equivocaba,
hasta que vi el número 208. Me quedé mirando frente por frente la
puerta como solía hacer siempre, teniendo la esperanza de que fuera
el día. Respiré profundamente y abrí la puerta, primero despacio,
como queriendo que el tiempo se parara, después más rápido, con
ansias de saber que era lo que me esperaría dentro de esa
habitación. Y otro día mas hay estaba él con su rostro calmado,
sereno, como si no hubiera pasado nada, como si todo hubiera sido una
pesadilla.
SIGNIFICADO FLORES:
Crisantemo rojo--> Amor intenso // Espino blanco-->Esperanza
Sin Sentido
Bueno "Sin Sentido" es la primera historia que publicaré aquí. La historia va de Hela una joven de 20 años que hace poco tuvo un terrible accidente con su novio Alex, el cual esta en coma desde varios meses. Intentare contar la historia de ambos, como Hela lucha por traer de nuevo a Alex y por sus propias pesadillas, y de como Alex tendrá que afrontar su nueva "vida".
Bueno "Sin Sentido" es la primera historia que publicaré aquí. La historia va de Hela una joven de 20 años que hace poco tuvo un terrible accidente con su novio Alex, el cual esta en coma desde varios meses. Intentare contar la historia de ambos, como Hela lucha por traer de nuevo a Alex y por sus propias pesadillas, y de como Alex tendrá que afrontar su nueva "vida".
¡QUÉ NERVIOS!
PD: con vuestros comentarios y opiniones me ayudareis mucho.
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